Yarivith González nació en Barquisimeto, estado Lara en 1988 y es la hija mayor de 7 hermanos.

En Venezuela se graduó de licenciada en Química y además obtuvo dos maestrías, la primera en Evaluación del impacto ambiental y la segunda en Educación Ambiente y Desarrollo Sostenible.

En 2017 emigró de Venezuela con destino a la ciudad de San Luis, ubicada en el centro norte de Argentina, lugar donde fue acogida calurosamente por una gran amiga.

Al poco de llegar consiguió trabajo en hostelería y después de un tiempo tuvo la oportunidad de realizar prácticas de pasantías con el grupo de metalurgia extractiva en el instituto de Investigaciones en Tecnología Química (INTEQUI) y gracias a esta experiencia pudo aplicar y obtener posteriormente una beca para estudiar un doctorado.

“Mi área de investigación está enfocada en el desarrollo de métodos y procesos sostenibles para el reciclado y recuperación de metales valiosos tales como, litio, cobalto, manganeso, níquel, grafito, etc., provenientes de baterías de iones de litio de vehículos eléctricos y residuos electrónicos” nos cuenta.

A través de su equipo de trabajo y en apoyo con otros colegas, Yarivith logró patentar diferentes procesos de reciclaje de baterías de ion litio, además de escribir varios artículos científicos en revistas de alto impacto internacional.

Después de varios años en Argentina y una vez finalizado su doctorado, Yarivith decide emigrar nuevamente y esta vez el destino escogido fue Estados Unidos, país donde duró poco tiempo ya que sentía que no estaban dadas las condiciones para su permanencia en ese momento.

En esas circunstancias, Yarivith decidió regresar a Venezuela con la esperanza de poder continuar con su trabajo de investigación y aportar a su país todos los conocimientos aprendidos en los últimos años.

Sin embargo, pocos meses después de llegar la situación del país le obligó a volver a hacer las maletas, junto a su esposo Giovanny (@giovrodriguez77), escogiendo en esta oportunidad a Suecia como destino.

“En Suecia volví a cambiar la bata por el delantal, el trabajo del laboratorio por la hostelería, tal como me había pasado en Argentina hasta que un día vi una oferta de una empresa de fabricantes de baterías que buscaban personal para el departamento de I+D para desarrollar tecnologías de reciclajes de baterías de ion litio y envíe mi curriculum, teniendo la suerte de ser contratada”

A finales de 2023 fue postulada por Conecta Iberoamérica y la Fundación Carolina al Premio Princesa de Girona Internacional en la categoría de investigación, resultando elegida como una de las ganadoras en mayo de 2024.

El jurado reconoció con dicho galardón su destacada labor en investigación química, incluyendo el reciclaje de metales en baterías de iones de litio, además por su trabajo en promover la educación ambiental y por llevar la ciencia a los colegios en América Latina.

«La migración ha fortalecido mi relación con mi esposo y he tenido la suerte de contar con su apoyo. Somos un gran equipo. Dios me ha enseñado que los altibajos nunca dejan de enseñarnos. Lo he dicho antes y lo mantengo, la vida es como un laboratorio, aprendemos a base de ensayos y errores. Es posible que en ocasiones nos sintamos fatigados, pero el amor de Dios y sus promesas siempre nos acompañan. Se que algún día volveré a Venezuela y podré dar todo lo que he aprendido afuera”

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