Diáspora Venezolana.-

La edad es algo en lo que no solemos pensar cuando somos jóvenes. 

Siempre sentimos que tendremos más tiempo para hacer las cosas que queremos.

Siempre sentimos que estamos más llenos de futuro que de pasado. 

Sin embargo, llega un momento en el que empezamos a ser conscientes de que el futuro se nos acorta y somos más recuerdos que sueños. 

Pienso en aquel poema de Borges que hablaba de la vida y su brevedad:

“Hay tantas otras cosas en el mundo; 

un instante cualquiera es más profundo 

y diverso que el mar. 

La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una 

oscura maravilla nos acecha”

Y ahora entiendo lo que significa en toda sus dimensiones.

Muchos hemos perdido a alguien en esta batalla que nos resulta tan incomprensible.

Sé que no hay palabras que mitiguen el dolor de los familiares y amigos que han perdido a un ser querido.

Tampoco tengo idea de lo que hay después de la muerte. 

A veces me refugio en la poesía y vuelvo a recordar a Borges cuando decía: 

«Somos los que se van. La numerosa

nube que se deshace en el poniente

es nuestra imagen. Incesantemente

la rosa se convierte en otra rosa.

Eres nube. Eres mar, eres olvido.

Eres también aquello que has perdido”

Nuestra vida sin duda quedará marcada por la partida de aquellos a quienes amamos porque también estamos hechos de ellos.

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