La diáspora venezolana tuvo un repunte importante en el año 2017 a raíz de las fuertes protestas que sacudieron el país y las cuales fueron severamente reprimidas por la dictadura venezolana ocasionando decenas de muertos, heridos y personas privadas de libertad.

Ese año, Laura Guevara decidió emigrar de Venezuela dejando atrás una carrera consolidada para empezar desde cero en México y reconstruir (al igual que millones de venezolanos) su nuevo proyecto de vida.

“Escogí México porque sentí que era el lugar ideal para poder proyectar mi música. No podemos obviar que es el principal mercado de música en español y además tenía dos buenos amigos que vivían aquí que me motivaron a tomar este destino”

Su adaptación no fue nada fácil, ya que hacer música para un artista independiente en un país donde no tienes familia, ni redes profesionales y pocos amigos es algo bastante duro. “Sientes que la incertidumbre domina todos los espacios de tu vida”

Al poco de llegar vivió el terremoto de septiembre de 2017 y parte del edificio donde vivía se desplomó lo que la dejo en una situación de vulnerabilidad importante.

“2017 fue un año muy difícil para mi ya que las protestas en Venezuela me afectaron muchísimo. Yo participaba de manera activa en ellas y ver todo lo que pasó me conmovió. Luego quedar desamparada al poco de llegar por el terremoto fue algo muy estremecedor. Desde ese año, siento que he muerto y renacido varias veces”

En México tuvo un mayor acercamiento al feminismo y siente haber aprendido y obtenido muchas respuestas a cosas que lamentablemente había normalizado en Venezuela.

“Venezuela tiene poca representación de mujeres líderes y tenemos pocos referentes narrativos en el cine, en la música, en la televisión y en el arte en general”

Su evolución personal y artística se ha visto acrecentada por la emigración y cree que el proceso migratorio puede ayudar en mucho a los venezolanos porque a pesar de las dificultades es un proceso que nos permite obtener madurez emocional.

“Emigrar nos ha ampliado la mirada. El proceso migratorio nos ha hecho crecer a todos en todos los ámbitos”

De su infancia recuerda ser una niña muy feliz a pesar de haber nacido en la ciudad convulsa que era Caracas a finales de los 80’s. Sus padres le enseñaron el valor de contemplar la vida  y aprender a valorar las diversas expresiones artísticas, lo cual fue reforzado luego en el colegio, Emil Friedman donde tuvo la fortuna de estudiar.

“Desde pequeña aprendí a ser lectora, a ser oyente, ser espectador. El arte puede cambiarte la vida cuando quiere ser recibida, cuando hay una apertura interna.Tan importante como hablar es escuchar. Si nosotros no escuchamos atentamente no podemos tener la conexión”

En 2019, luego de regresar de una gira por España fue estafada y por tal motivo estuvo detenida e incomunicada por 15 días en un centro de detención de inmigrantes en México, lo cual fue una experiencia que le cambió la vida.

“Estuve más de dos semanas detenida sin acceso al exterior. Conocí historias tan injustas y dolorosas de muchas mujeres que tenían meses allí. Me di cuenta de los privilegios que muchos tenemos sin darnos cuenta de que los tenemos. Hay veces que tenemos lo que tenemos por la simple suerte de haber nacido en el sitio adecuado. Las condiciones de los países de donde vienen los migrantes son el problema”

En 2020 cuando varios de sus proyectos estaban consolidándose y el nuevo disco estaba a punto de salir, la llegada de la pandemia volvió a llenar de incertidumbre su carrera aunque en retrospectiva lo ve como una experiencia positiva.

“La pandemia fue un momento duro para la humanidad en todos los aspectos, pero nos permitió al no poder ir hacia afuera que muchos fuésemos hacia adentro y conocernos. Un proceso difícil pero hermoso y muy sanador.

De hecho su nuevo disco que se estrena el próximo 14 de febrero de 2022 cuenta esa historia. Es una revisión profunda de su historia amorosa y afectiva, de cómo veía el amor. 

“Tenía una suerte de tendencia a estar en relaciones de abuso. Donde permitía comportamientos inadecuados. Tenemos pocos referentes de relaciones sanas en nuestra cultura, en la música, en el cine, creemos que es una montaña rusa de emociones, ansiedad, celos y el amor es tranquilidad, paz, sentirte fuerte, seguro, sentirte en calma”

“Yo no sabía estar sola e hice una limpieza de mis propias percepciones. Aprendí a escucharme. Trabaje mi autoestima y mi auto diálogo. Bajando a mis profundidades, a mis sombras y mis vacíos. De eso habla mi nuevo disco y siento que muchas personas se pueden llegar a sentir identificadas”

 

Con Venezuela mantiene una relación profunda de amor, pero también es crítica con algunos aspectos de nuestra sociedad que piensa son la causa de la situación que vivimos hoy en día. 

“Nuestro principal problema es cultural. Los problemas culturales nos llevaron a donde estamos y debemos cambiar nuestra cultura para cambiar el país, porque de lo contrario estaremos en un eterno círculo vicioso”

“Yo nunca me voy a desconectar de Venezuela aunque me siento ciudadana del mundo, siempre voy a querer volver a mi país. Es mi centro emocional. Cada uno de mis logros se la dedico siempre a mi país porque soy lo que soy gracias a Venezuela”

Cuando le preguntamos por una canción o una música que le recuerde a nuestro país, cierra por un momento los ojos y con nostalgia nos confiesa: 

“Venezuela para mi es Billo’s. Billo’s me recuerda mi infancia, con ellos aprendí a bailar y siento que une varias generaciones. Es navidad, matrimonios, celebración, es felicidad, es Venezuela.”

Laura Guevara se presenta en Madrid este próximo 14 de noviembre en el Teatro Soho Club de Madrid y puedes adquirir sus entradas en: https://www.teatrosohoclub.com/laura-guevara-en-concierto.php

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