Diáspora Venezolana

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Yo también quiero ser como Ariel

La historia detrás de una de las canciones más icónicas de la Billo’s Caracas Boys.

iannucci

diciembre 25, 2019

2 minutos

Alfonzo Iannucci, Billo Frómeta, Billo’s Caracas Boys, Diáspora Venezolana, Músicos venezolanos

Diáspora Venezolana.- Billo Frómeta fue un músico, compositor y director de orquesta dominicano que emigró a Venezuela en el año 1931 huyendo de la sangrienta dictadura de Rafael Leónidas (Chapita)Trujillo.

En Venezuela fundó la Billo’s Caracas Boys, orquesta que marcó un hito en nuestro país y que se hizo popular en varias partes de latino américa y España, alcanzando incluso el récord Guiness del concierto más grande al aire libre realizado en la plaza España de Santa Cruz de Tenerife en 1987 con 250.000 personas bailando sus canciones.

En 1949 conoció al actor, cineasta, escenógrafo y pintor uruguayo Ariel Adonis Severino, quien viajó a Venezuela para participar en la cinta “La balandra Isabel llegó esta tarde» y se quedó a vivir, fascinado por nuestro país.

Billo entabló una gran amistad con él, a tal punto que en ese año hizo los arreglos para grabar la famosa guaracha «Ariel» (Yo quiero ser como Ariel, yo quiero ser como él), del maestro José Carbo Menéndez y uno de los clásicos bailables de su orquesta Billo’s Caracas Boys grabado originalmente en la voz de Manolo Monterrey y versionado en 1963 por Cheo García y en 1987 por Oscar D’León con la misma agrupación.

En agradecimiento, Ariel Severino diseñó el conocido logo que identifica desde siempre a la Orquesta Más Popular de Venezuela.

La Orquesta Billo’s solía ser un invitado habitual de “Sábado Sensacional” en la época del pequeño gigante de la televisión, Amador Bendayán.

Amador fue un venezolano que nació en Villa de Cura, Estado Aragua, pero sus ascendientes eran judíos sefardíes expulsados de España muchos años atrás.

Un sábado de finales de los 80’s, cuando Amador se ausentaba frecuentemente del programa por razones médicas, la orquesta Billo’s visitó el plató e interpreto esta versión de “Ariel”, la cual suelo recordar con frecuencia y que hoy comparto con ustedes, como una muestra de los aportes que puede hacer la emigración en la cultura de los pueblos y como un recuerdo de la Venezuela que fuimos y que en parte aún seguimos siendo.